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¿Por qué deberías simplificar tu rutina de cuidado facial?

La función del skincare no se reduce meramente a limpiar e hidratar la piel. La cosmética está íntimamente relacionada con nuestras inseguridades, nuestra concepción personal de la belleza y el placer. Cuando aplicamos productos sobre la piel no solo estamos buscando que esté limpia, buscamos sentirnos mejor.

La industria cosmética lo sabe y por eso se esfuerza en mostrarnos pieles perfectas (sin poros, granos, manchas, arrugas, heridas o cualquier otro signo indeseado), empaques vistosos (es decir, contaminantes) y productos especializados para “tratar” cuestiones específicas de la piel (un producto en específico para las manchas, otro para las arrugas, otro para el acné, otro para hidratar, otro para la resequedad y así hasta dejarnos en banca rota).

Este tipo de publicidad te incita a entrar en una carrera que no tiene fin pues, entre más productos usas, tu piel se ve peor. ¿Qué haces, entonces? Comprar más productos.

Es la fórmula perfecta para el enriquecimiento desmesurado. El cuidado de la piel es uno de los sectores industriales de mayor crecimiento a nivel mundial. Crece casi un 10% al año y este porcentaje sigue aumentando con el tiempo. En 2023 alcanzó un valor de 374.180 millones de dólares y se espera que continúe creciendo hasta los 758.050 millones en 2032.

La publicidad cosmética está en todas partes y ahora su presencia es mucho mayor gracias a los influencers y dermatólogos de redes sociales, ¿lo has notado? ¡Es que las grandes marcas gastan más en publicitarse que en investigación y materia prima! 

Sé que parece increíble, así que te pondré un ejemplo: L’Oréal es el conglomerado de belleza más grande del mundo, con marcas como CeraVe, La Roche Posay, Garnier, Biotherm, Kiehl's, Aēsop, Kérastase y muchas otras más. Su inversión total en investigación durante el 2024 fue de 1.350 millones de euros, mientras el gasto en publicidad fue de 14.000 millones de euros. En muchos países, incluso son los mayores inversores privados en publicidad.

Por otro lado, la mayoría de marcas de cosmética natural tienen una ética firme y prefieren la educación al consumidor antes que la publicidad: La verdadera cosmética natural quiere que redescubras tu piel, que aprendas sobre su funcionamiento y sus necesidades para que la cuides mejor.

La cosmética natural no solo te ofrece ingredientes elaborados a base de plantas. Se trata de encontrar rutinas de cuidado personal más sencillas y placenteras, sin espejismos ni falsas ilusiones, ofrecer ingredientes crudos de alta calidad y que no estén contaminados con compuestos industrializados de la refinería del petróleo. Esto es muy importante, porque si una marca usa ingredientes naturales, pero te vende ideales falsos como la perfección de la piel, ya no se considera cosmética natural.

¿Tambíen te gustaría simplificar tu rutina de cuidado personal para que sea más natural y gentil con tu piel? Aquí te dejo una guía paso a paso: 

1- Limpia tu piel antes de empezar: La limpieza es un paso esencial en cualquier rutina de skincare porque es la que permite que la piel reciba todos los activos que vas a aplicar después. Usa un limpiador suave según tu gusto y necesidades. En las noches es recomendable hacer doble limpieza: usar un aceite vegetal antes de aplicar el jabón. Esto te ayudará a eliminar a profundidad residuos de la piel, a controlar el acné, los puntos negros y a quitar correctamente cualquier rastro de maquillaje o protector solar.

2- Tonifica: Continúa con un producto que regule el pH cutáneo. Este paso es indispensable ya que después de lavar el rostro el pH de la piel sube y es necesario restablecerlo de nuevo. El tónico también ayuda a disminuir el tamaño de los poros, calmar la piel irritada, hidratar y difuminar arrugas. Evita los tónicos a base de alcohol, PEGS o ácidos irritantes.

3- Evita la pérdida de agua: la piel deshidratada luce más delgada y tiende a arrugarse mucho más fácil y rápido que una piel bien hidratada. Sella toda la hidratación con un producto humectante a base de aceites vegetales (según tu tipo de piel). El humectante será el encargado de resaltar la belleza de tu piel, pues la dejará suave, protegida y luminosa.

4- No olvides del protector solar: cada vez es más conocido el hecho de que los protectores solares de filtros químicos no solo dañan tu salud sino que afectan la vida marina. Opta por uno cuyo único filtro sea el óxido de zinc que, además de protegerte contra el sol, ayuda a controlar el acné y las manchas.

¡Eso es todo lo que tu piel requiere! Lo demás ya es gusto propio: una mascarilla 1 vez a la semana, contorno de ojos, tratamientos específicos y cuidados extras en las zonas más delicadas del rostro.

¿Qué tal si empezamos a fijarnos más en la calidad de los productos que usamos y no en las marcas que nos venden estos productos? Nuestra piel, los animales y el bolsillo se sentirían felices.

Siempre lo digo sin cansarme: tu piel no necesita más, necesita lo mejor.