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Parte 1: Guía de la protección solar.
¿Existe en la actualidad algo más controversial que el sol? ¿Desde cuándo perdimos nuestra capacidad intuitiva de relacionarnos con el astro de la vida? En esta entrada vamos a explorar al fondo la función del sol y los mecanismos de protección solar que tiene la piel.
Descargo de responsabilidad: Este post no pretende motivar a la exposición solar descuidada, sino educar en cuanto a la exposicíón y protección solar. Usa esta información con responsabilidad.
Son datos y hay que darlos:
Cada año mueren más personas por falta de exposición solar que por exceso de la misma.
¿Para qué sirve el sol?
Por más que la industria del cuidado de la piel se empeñe en generar una fobia global al sol, debes saber que la radiación solar está directamente relacionada con nuestra salud.
Gracias a los rayos UVB nuestro cuerpo tiene la capacidad de sintetizar la vitamina D, clave en la absorción de minerales como el calcio y el fósforo. La exposición solar también estimula la producción de serotonina -ese neurotransmisor encargado de regular el estado de ánimo y los niveles de energía- y de melatonina -la hormona clave en la mejora de la calidad del sueño-.
Cuando nos exponemos al sol, se libera óxido nítrico en la piel que ayuda a controlar la presión arterial y el metabolismo de la glucosa. En otras palabras: el sol es un factor clave en la prevención de enfermedades modernas como la hipertensión y la diabetes. Otras investigaciones han evidenciado que la exposición solar mejora la respuesta inflamatoria del cuerpo y fortalece el sistema inmune.
¿Es realmente el sol tan malo para la piel?
Somos seres solares. Nuestro desarrollo como especie ha estado ligado a la exposición al sol. Los primeros trabajos del hombre fueron al aire libre. Además, como no habían barcos o aviones, las distancias que las personas podían recorrer en corto tiempo no eran muy grandes y la piel lograba adaptarse a las condiciones ambientales del lugar donde vivía. Algunas investigaciones arqueológicas también evidencian el papel tan importante del mineral ocre en la protección solar de nuestros antepasados.
Aun así, todo el tiempo escuchamos que el sol es el causante principal del envejecimiento de la piel o el melanoma y se ha convertido en el antagonista número 1 en cuestiones de skincare. Pero lo que nadie te dice es una exposición solar responsable está ligada a la salud de la piel: favorece la renovación celular, puede ayudar a controlar el acné bacteriano y la psoriasis, estimula la producción de colágeno y elastina, fortalece la barrera cutánea, contribuye a la síntesis de hormonas que influyen en los niveles de hidratación de la piel.

El sol saliendo todos los días con la intención de mejorar tu salud.
La piel tiene la capacidad natural de avisarte cuándo debes retirarte del sol directo: cuando tu piel se enrojece, te está indicando que debes retirarte a la sombra.
Mecanismos de protección solar de la piel | Nuestra piel ha desarrollado sus propios mecanismos biológicos de protección solar desde mucho antes de que se inventaran los protectores solares. Filtros solares de la piel: La grasa El sudor La melanina |
El sebo cutáneo:

La grasa de la piel cumple una función protectora, ¡por algo existe! ¿Has notado que cuando estás en climas calurosos y soleados la piel se pone más grasosa y el caso contrario ocurre en climas más nublados y fríos? Esto ocurre porque la piel regula la cantidad de secreción sebácea en relación con las condiciones climáticas. A mayor exposición solar, más grasosa es la piel. Eso explica por qué la mayoría de personas que vivimos cerca de la línea ecuatorial tendemos a tener una piel grasosa. ¡Es nuestro organismo intentando protegernos de la radiación solar directa!
El sebo cutáneo contiene ácidos grasos libres que ayudan a absorber la radiación solar para que no cause daño en la piel. También contiene potentes antioxidantes como la vitamina E y el escualeno que neutralizan los radicales libres que se forman al contacto de la piel con la radiación solar o la contaminación ambiental.
A su vez, la grasa de la piel juega un papel fundamental en la conservación del pH ácido de la piel. Cuando este manto ácido está debidamente equilibrado, la piel se defiende mejor de las agresiones solares y su capacidad de recuperación ante cualquier daño externo es mucho mayor.
El sudor:
Para nadie es un secreto que la exposición al sol estimula la sudoración. ¿Alguna vez te has preguntado por qué ocurre esto? Nuestra piel, al estar conectada con todos los sistemas del cuerpo, tiene sensores que detectan la exposición a los rayos UV para segregar ácido urocánico que, además de servir de filtro solar, tiene la función de mantener el cutis hidratado.
El ácido urocánico es uno de los filtros solares y antioxidantes más potentes que se conocen y es curioso que la industria ya ha patentado este ácido para crear protectores solares y productos antiedad.
Sudar es parte fundamental de la salud humana. A través del sudor eliminamos sustancias de desecho, regulamos la temperatura y nos protegemos de la radiación solar. Aún así, algunos productos de cuidado personal como los desodrantes antitranspirantes y los protectores solares comerciales se encargan precisamente de interferir en este proceso natural del organismo. |
La melanina:
La melanina es el pigmento natural de la piel y varía drásticamente de una piel a otra. Las personas de tez más bronceada tienen una producción de melanina más activa que la de tez pálida. A esto se le conoce como fototipo cutáneo, una escala que va del 1 al 6 y entre más bajo es el número peor es la tolerancia de la piel al sol.
Conocer nuestro propio fototipo cutáneo es primordial para entender cómo cada persona puede exponerse al sol, independientemente del protector solar. La cuestión problemática es que, sin fijarse en la tolerancia de cada piel al sol, las personas depositan una confianza ciega y excesiva en los protectores solares, obviando el hecho de que si la piel se enrojece con facilidad al contacto con el sol, debería potenciar mucho más la protección solar: utilizar ropa cubierta, procurar la sombra, llevar sombreros y sombrillas, etc.
Los protectores solares de filtros químicos desactivan las respuestas naturales de nuestra piel ante la exposición al sol.
Cada vez es más conocido el hecho de que los filtros solares químicos son potentes disruptores hormonales. Su eficacia es tan controversial que a día de hoy existe un fenómeno que se conoce como “la paradoja del protector solar” que se refiere a que, a pesar de que la gente se “cuida” más que nunca del sol, los casos de cáncer y otros daños en la piel aumentan cada año. En la parte 2 hablaremos más sobre esta paradoja y los distintos filtros de protección solar que existen.
¡Gracias por leerme! Comparte este post con tus conocidos y no te pierdas las entradas 2 y 3 sobre este tema.